Pedro Calderón
de la Barca
Gregorio Fosman, Retrato de Pedro Calderón de la Barca a sus 81 años. Madrid, 1682. Grabado calcográfico. Biblioteca Nacional de España
1) Vida de Calderón
Calderón nace en Madrid, el 17 de enero del año 1600. La primera etapa de su vida (hasta 1620) coincide con la última parte del reinado de Felipe III y de la privanza del Duque de Lerma. La muerte prematura de su madre en 1610 y el sentido autoritario de su padre, que dispone férreamente el destino y oficio de sus hijos, y muere en 1615, hacen que Calderón crezca profundamente influido por la complicidad familiar de sus hermanos Diego y José, pero, sobre todo, por su fundamental estancia en el Colegio Imperial de los Jesuitas (1608-1613) y, posteriormente, en las Universidades de Alcalá y de Salamanca, en la que permanece hasta 1615. La lógica, el teatro y la persuasión retórica a él inherente, la escolástica, el agustinismo preexistencialista, la historia profana y canónica, el derecho natural y político fueron el bagaje intelectual con el que se enfrentó a la creación literaria (en la que probó suerte primero como poeta de certámenes y justas) y a la fascinación que debió producirle la comedia nueva de Lope que por entonces triunfaba en los corrales madrileños del Príncipe y de la Cruz.
La llegada al trono de Felipe IV y el ascenso del valido Conde Duque de Olivares en 1621 supone la llegada de una nueva época que persiguió, frente al pacifismo de Lerma, la recuperación de una política agresiva que insiste en la afirmación de España como potencia. Este período de reformismo interior y de deseo de independencia frente a la hegemonía del pensamiento burgués del norte de Europa, que habría de culminar hacia 1640, supone también el del imparable ascenso creativo de Calderón, la definitiva superación de la generación lopista y su consagración en el orden artístico y social.
[…]
Calderón compone, ya entre 1630 y 1640 los primeros y espléndidos autos sacramentales, de raíz más ética que cristiana como El gran teatro del mundo o La cena del rey Baltasar. A partir de la crisis de 1648 y, sobre todo, tras su regreso, después de su estancia en Toledo, a Madrid en 1663 donde viviría en la calle Platerías hasta su muerte, Calderón detentará en exclusiva la escritura de estas piezas de teatro sacro en la que con el enorme aparato escenográfico de los carros se escenifica de manera grandiosa pero didáctica los misterios de la fe y la proclamación del dogma de la Eucaristía.
[Texto Calderón y su época, https://www.cervantesvirtual.com/portales/calderon_de_la_barca/autor_calderon_epoca/]
2) Teatro calderoniano
La obra teatral del escritor madrileño Pedro Calderón de la Barca significa la culminación barroca del modelo teatral creado a finales del siglo XVI y comienzos del XVII por Lope de Vega.
Significa también el perfeccionamiento en técnica teatral en multitud de comedias de enredo, el adensamiento filosófico en obras memorables, la perfección de un género genuinamente hispano como es el auto sacramental y la elevación estilística en momentos en que la poesía había llegado a cimas de perfección con Góngora y sus seguidores. Además, la escenografía, especialmente en el teatro cortesano, conoce un amplio desarrollo.
En su obra hay una variedad y pluralidad de niveles y registros, que van de la tragedia del poder, el honor, los celos (La hija del aire, El médico de su honra, El mayor monstruo del mundo); los dramas sobre el sentido de la vida o la dignidad del campesino (La vida es sueño, El alcalde de Zalamea) a la comedia de enredo (La dama duende, Casa con dos puertas mala es de guardar), sin olvidar la celebración del Dios cristiano en el monumento simbólico y alegórico de sus autos sacramentales y la de los dioses de la gentilidad en fastuosas fiestas teatrales mitológicas de palacio, con rica y costosa escenografía.
[Texto recuperado del Centro Virtual Cervantes; https://cvc.cervantes.es/actcult/calderon/pedro_calderon.htm]
3) Calderón y el Barroco
Uno de los más grandes representantes del teatro barroco europeo es sin duda Calderón. No por casualidad El gran teatro del mundo ha sobrevivido el Siglo de Oro español en representaciones teatrales y adaptaciones, sobre todo en los países de lengua alemana, por la adaptación del auto por Hugo von Hofmannsthal, por ejemplo, en el marco del festival de Salzburgo.
[…]
Porque no se trata, cuando examinamos detalladamente […] de El gran teatro del mundo, de la metáfora corriente de la vida como representación de una comedia en general, sino claramente de una representación teatral cortesana. He aquí todos los elementos de una tal representación: un soberano que tiene a su disposición una compañía de teatro y las posibilidades técnicas de emplear un hermoso aparato de apariencias y de trajes. Y no encarga a su compañía hacer una simple comedia sino una fiesta cortesana con «el hermoso aparato de apariencias», una fiesta destinada a festejar su poder con el solo fin de ostentar su grandeza…
[Sebastian Neumeister, Calderón y la teatralidad del barroco, Anuario Calderoniano, 15, 2022, pp. 283-302]
Sólo el teatro español refleja la tensión dialéctica entre un hombre cualquiera y la imagen que el grupo tiene de él, y que sin razón alguna no puede mantenerse incontaminada. En defensa de su honor, tal hombre está justificado a irrumpir el enlace jerárquico encima de uno. De cualquier modo, a pesar de las apariencias, tal inicio de una actitud rebelde está muy lejano de poner el sistema político en problemas. Esto porque el rey, con su autoridad real, terminará ofreciendo un remedio satisfactorio al ofendido, preservando al mismo tiempo el balance social.
[Palacio González, J., 2014. El Médico de su Honra (The Doctor of his Own Honor) by Calderón de la Barca: The Honor as a Cause of Exemption of the Penal Responsibility in the Baroque Spain. “Oñati Socio-legal Series” [online], 4 (6), 1133-1142. Available from: http://ssrn.com/abstract=2522871; (traducción propia)]
4) Tragedias
En esta colección, presentamos dos comedias, seis tragedias y cuatro autos sacramentales de Calderón.
El médico de su honra: PDF
A secreto agravio, secreta venganza: PDF
La intención de Calderón no fue crear monstruos de maldad, sino hombres básicamente buenos que sufren como consecuencia de una imperfección moral: su rígida adhesión al código del honor. En este aspecto, Calderón parece, por tanto, haber seguido el modelo propuesto por los comentaristas neoaristotélicos españoles de los siglos XVI y XVII. Lo mismo sucede con el desarrollo de la trama argumental, el cual también se ajusta en general a la fórmula favorecida por los cánones neoaristotélicos: los protagonistas de los tres dramas del honor marital caen de la grandeza y la felicidad a la desgracia, y esta caída es ocasionada, al parecer, por una serie de factores externos…
Inevitablemente, los protagonistas, y el público con ellos, empiezan pronto a creer en la existencia de una fuerza malévola, que denominan hado, fortuna, casualidad, etc. Es ésta una fuerza que aparece en el transcurso de la obra en los momentos más cruciales de sus vidas y que les conduce irremediablemente a la catástrofe final…
Pero el hado que persigue a los héroes calderonianos es un hado multiforme compuesto no sólo del azar sino también de, por una parte, las obligaciones peculiares que deben al llamado código del honor, que les fuerza a cometer actos sangrientos contra su voluntad, y, por otra, las acciones de otros personajes, las cuales […] no pueden controlar ni prever.
[Texto de José M. Ruano de la Haza, Hacia una nueva definición de la tragedia calderoniana, “Bulletin of the Comediantes”, Volume 35, Number 2, Winter 1983, pp. 165-180 (Artículo). DOI: https://doi.org/10.1353/boc.1983.0013]
5) Comedias
La vida es sueño: PDF
El alcalde de Zalamea: PDF
El mágico prodigioso: PDF
La dama duende: PDF
Casa con dos puertas: PDF
No hay burlas en el amor: PDF
En el siglo XVII, arrancando del teatro lopesco de raíces populares cultas, la comedia de capa y espada (así como su versión palatina) que Calderón llega a refinar insuperablemente ―según afirma Bances Candamo― y que Sor Juana va a asimilar y reconfigurar, consiste básicamente en un juego de máscaras. Pues los personajes de distintas obras repiten papeles fijos de damas, galanes, criados o «graciosos», y algunos viejos o «barbas» en conflictos de amoríos repentinamente enredados.
[Susana Hernández Araico, El secreto, esencia de la comedia lopesca-calderoniana, y su intensificación en Sor Juana]
En la primera época, cuando ordena y condensa temas y técnicas anteriores, sus comedias giran en torno a la misma temática de Lope: amor, honra y épica tradicional. A medida que su creación se hace más profunda y elaborada, aparece el elemento filosófico y la acción se subordina al pensamiento. Como fruto de esta dependencia, surgen ideas que influirán en los motivos teatrales:
Se extreman los conceptos de honra y de lealtad al monarca, adquiriendo a veces el tono de tragedia clásica.
El pesimismo barroco impone en la escena el tema del desengaño con su concepto negativo de la existencia y las reflexiones sobre la vida.
Los debates teológicos de la época favorecen la introducción del tema de la libertad, que aparece en La vida es sueño, o de la responsabilidad moral del individuo.
Dentro de las comedias hay que distinguir:
Comedias de enredo. Se crean para ser representadas en los corrales de comedias. Destacan La dama duende o Casa con dos puertas mala es de guardar.
Comedias de aparato. Se componen para las funciones cortesanas del teatro del Buen Retiro y desarrollan frecuentemente un asunto mitológico. Destacan Eco y Narciso, La estatua de Prometeo y La fiera, el rayo y la piedra.
Dentro de las tragedias o dramas trágicos, según el tema, pueden distinguirse:
Dramas que expresan el conflicto entre la libertad y el destino como El mayor monstruo del mundo, Los cabellos de Absalón y La cisma de Inglaterra.
Dramas que plantean un conflicto de honor, como El alcalde de Zalamea y también dramas trágicos que se centran en el problema de los celos. A secreto agravio, secreta venganza; El médico de su honra y El pintor de su deshonra.
Dramas que tratan sobre la naturaleza del poder como La vida es sueño y La hija del aire.
Dramas que desarrollan problemas religiosos como La devoción de la cruz; El príncipe constante y El mágico prodigioso.
[Texto El Barroco. Teatro. Pedro Calderón de la Barca recuperado de “Lengua Castellana y Literatura, Nivel I, Bloque C, tema 14, “El Barroco. Teatro. Pedro Calderón de la Barca”. https://www.educa2.madrid.org/web/web-online2/tema-14.-literatura-del-siglo-xvii.-el-barroco-vii-.-teatro]
6)Autos sacramentales
El gran teatro del mundo: PDF
El gran mercado del mundo: PDF
El príncipe constante: PDF
La cena del rey Baltazar: PDF
En una primera apreciación podemos decir que es un texto dramático que se estructura para difundir la doctrina de la fe católica.
Esto, si bien es cierto, no es lo único.
También es cierto que conforma una estructura dramática que va a sentar las bases de lo que, siglos más tarde, será un referente del teatro contemporáneo.
En los autos sacramentales se habla de cuestiones que, al margen de su naturaleza, son expuestas por personajes arquetípicos, no están sujetos a normas de comportamiento psicológico. No se trata, pues, de mostrar cómo los seres humanos percibimos nuestra realidad cotidiana, con sus avatares o cosa parecida. Se pone en boca de los personajes aquello que es concepción de un determinado universo conceptual. Así aparecen la riqueza, la pobreza, el mundo, Dios…
Todo se muestra en una suerte de estrado en el que el espectador es, de alguna manera, jurado que podrá extraer unas determinadas conclusiones de lo que allí acontece
[Pedro María Sánchez, Qué es un auto sacramental. https://www.accioncultural.es/media/Default%20Files/files/publicaciones/files/catalogo_calderon_baja_4.pdf]
Si revisamos el conjunto de autos sacramentales escritos por Calderón de la Barca, pronto advertiremos que la relación de intertextualidad entre estas breves piezas teatrales y los textos sagrados del cristianismo es más que frecuente. No solo fragmentos de la Biblia, sino también los comentarios de los Padres de la Iglesia o las enseñanzas de santo Tomás son continuamente recreados, mencionados y escenificados en estas obras dramáticas representadas durante la festividad del Corpus Christi y cuyo asunto central es la exaltación de la Eucaristía.
Esta dependencia de los textos sacramentales respecto a las Sagradas Escrituras, y en mayor medida la Biblia, responde en primera instancia a los contenidos que de manera dramática se articulan en los autos, pero asimismo se ve beneficiada por la tradicional vía de interpretar las Escrituras a través de la técnica alegórica. Es así, mediante este recurso artístico, como se escriben autos sacramentales y una de sus características más destacadas
[Rodríguez Ortega, Davinia, “Escenas de lectura en los autos sacramentales de Calderón de la Barca”, Castilla. Estudios de Literatura 12 (2021): 324-340, https://doi.org/10.24197/cel.12.2021.324-340]