La celestina
Fernando de Rojas, La celestina o tragicomedia de Calisto y Melibea
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1) La Celestina: tradición y novedad.
Cuando el primer lector abrió por la primera página La Celestina en 1499 (o posiblemente el año anterior) y empezó a leer el resumen incluido por los impresores al principio (estos «argumentos» eran las contraportadas de la época), probablemente quedaría algo decepcionado. Se encontraba ante una común trama de amor y seducción, una trama usada en la Edad Media y basada en tipos heredados de la comedia romana.
Hasta aquí no había nada que sorprendiera mucho a aquel primer lector, y sin embargo, al empezar a hojear su nueva compra, seguramente quedaría desconcertado. El signo externo de la singularidad y originalidad internas de La Celestina eran sus veintiún actos de ininterrumpido diálogo. Un libro de tal aspecto nunca había sido editado o visto hasta entonces. La familiar historia había sido extrañamente remodelada.
[Introducción de Stephen Gilman en la edición de Alianza]
2) Amor subversivo.
LC [La Celestina], como indica su título, tiene como trama principal la historia de los amores desafortunados de una pareja noble. Como intriga secundaria principal está la historia de los amores de los dos criados de Calisto por dos mozas del partido. En la LC se añade una intriga más: la intentada venganza de Areúsa y Elicia por la muerte vergonzosa de sus amantes. El amor, bajo varios disfraces, toca también a otros personajes de la obra. Domina este escenario amoroso Celestina, sacerdotisa de la sexualidad, cuyos ardides, recuerdos y advertencias sobre el asunto ocupan gran parte del diálogo atribuido a ella. El modo de presentar el amor en LC es complejo, ambiguo y a veces contrario a las ideas recibidas. Así en la literatura amorosa tradicional se respetaba cuidadosamente la separación de las clases sociales, atribuyendo a la clase alta doctrinas y refinamientos ante el amor que los de las capas bajas eran incapaces de experimentar. LC, fiel también en esto a su postura subversiva ante los valores sociales recibidos, pone en tela de juicio la validez de esta distinción. De un lado satiriza las pretensiones de los amantes de la clase alta; de otro, sin abandonar su postura satírica, sugiere que, para hombres y mujeres de la clase baja, el amor puede ser una experiencia sentimental significante.
[Introducción de Peter Russel en la edición de Castalia]
3) La celestina y el renacimiento
[La celestina] es el primer libro donde se ve el habla popular y no mal casada con la erudita, y, aunque con alguna afectación, hermosamente arreada a la latina cuanto a la construcción del período prosaico. Por eso era el libro más natural y elegante escrito hasta entonces, y en él y en las Epístolas de Guevara y el Lazarillo, que vinieron más tarde, fue donde españoles y extranjeros aprendían nuestro idioma.
El Renacimiento español puede decirse que nace con La Celestina, y con ella nace nuestro teatro, pero tan maduro y acabado, tan humano y recio, tan reflexivo y artístico, y a la vez tan natural, que ningún otro drama de los posteriores se le puede comparar.
Es La Celestina para leída, más bien que para representada, cabalmente por carecer de convencionalismos teatrales y no estar atada a otros fueros que a los de la libertad y de la vida, que la vida y la libertad no pueden encorralarse entre bastidores. Pero el alma es dramática, dramáticos los personajes, los lances, el desenvolvimiento interno y el lenguaje dialogado, tan diferente del lenguaje de Cervantes, como el drama lo es de la novela. No es novela dramática, porque toda novela es narración; ni poema dramático, porque no menos es narración todo poema; es puro drama, y no representable por tan puro drama como es y pura vida…
[De la introducción de Julio Cejador recuperada de: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-celestina--1/html/fedc933a-82b1-11df-acc7-002185ce6064_112.html]