Fortunata y Jacinta

Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta

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Breve vida de Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, hijo de Sebastián Pérez, teniente coronel del Ejército y de Dolores Galdós. Desde niño (Infancia en Las Palmas) fue aficionado a la música, al dibujo y a la literatura. Es en opinión general, el mayor novelista español después de Cervantes.

A los diecinueve años se traslada a Madrid (en Retrato familiar y social: Galdós, ciudadano de Madrid; Huellas del Madrid Galdosiano; el Madrid Galdosiano). Allí conocería a don Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien le alentó a escribir y le orientó hacia el krausismo.

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La Fontana de Oro (1870), La sombra (1871) y El audaz (1871) fueron los títulos de sus primeras novelas, que revelan todavía una influencia del Romanticismo. […] Abre el camino al Naturalismo con La desheredada (1881), la primera de sus novelas contemporáneas a la que le seguirán El doctor centeno (1883), Tormento (1884) y La de Bringas (1884). El amigo manso (1882) es una de las creaciones más originales de Galdós. Lo prohibido (1884-85) es la novela galdosiana más impregnada de Naturalismo. Fortunata y Jacinta de 1886-7 es un vasto mural donde la historia, la sociedad y el perfil urbano de Madrid sirven de fondo a un argumento que presenta a dos jóvenes enamoradas del mismo hombre.

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De su vida íntima sabemos que tuvo una hija ilegítima y amoríos con Emilia Pardo Bazán (en Epistolario: Cartas con Emilia Pardo Bazán). Nunca se casó, pero plasmó su tipo ideal de compañera en una mujer ya mayor: Teodosia Gandarias (en Epistolario: Cartas a Teo; Cartas a Teodosia Gandarias), en el drama Pedro Minio (1908). Constantemente predicó un tipo de amor más libre, que veríamos en Realidad y Tristana, aunque se opuso a las costumbres demasiado licenciosas.

[Apunte biobibliográfico de Benito Pérez Galdós en https://www.cervantesvirtual.com/portales/benito_perez_galdos/autor_apunte/]

Fortunata y Jacinta

Fortunata y Jacinta plantea una importante perspectiva sobre la tragedia que es fundamental para una valoración de la obra de Galdós. Lo que es notable en esta novela es la maestría con que Galdós ha tejido varias tragedias diferentes -sicológica, moral, social- en una sola. Dramatiza con eficacia el choque entre unos valores humanos, choque que, inevitablemente, aniquila al hombre, le crea la desgracia, y le impide desarrollar sus potencias vitales. La novela es complejísima a pesar del sencillo argumento, centrado en las relaciones y antagonismos de cuatro personajes: Juanito Santa Cruz, casado con Jacinta, tiene amores con una hermosa mujer de la clase baja, Fortunata, casada, a su vez, con Maximiliano Rubín, feo, sensible, medio demente. Trata la constante oscilación por parte de Juanito de mujer a amante; la ansiedad y el sufrimiento que producen en Jacinta la infidelidad de su marido y que se ven aumentados por la incapacidad de darle un hijo; la pasión de Fortunata por Juanito que destroza su propio matrimonio; y los trágicos intentos de Maximiliano para adaptarse a una realidad de inferioridad física y de deshonor.

[Anthony N. Zahareas, “El sentido de la tragedia en Fortunata y Jacinta”; https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/anales-galdosianos--23/html/0254c9a6-82b2-11df-acc7-002185ce6064_62.html]

La novela nacional como crítica

A lo largo de su vasta producción narrativa, Benito Pérez Galdós elaboró una serie de ensayos en los que manifestó su opinión sobre la novela española de su tiempo. En "Observaciones sobre la novela contemporánea en España", de 1870, criticó los excesos románticos, el lirismo corrosivo, la costumbre de privilegiar la imagi­nación y relegar la observación. Señalaba Galdós que en ese momento no se producía literatura seria, sino la que pedía el lector: convencional y sin carácter, imitación de modelos extranjeros […]

Frente a una novela de elaboración y consumo rápidos, llena de situaciones tan típicas como disparatadas e inverosímiles, Galdós propuso "una novela nacional de pura observación" o "una novela de verdad y de caracteres, espejo fiel de la sociedad en que vivimos" […] Galdós definió a la novela como imagen de la vida y afirmó que "el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones (...) todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea".

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El rechazo consciente de una literatura romántico-folletinesca y la opción por el realismo no solo aparecen en textos teóricos sino también en la ficción galdosiana; trataré de ilustrar esto con ejemplos tomados de dos novelas: La desheredada y Fortunata y Jacinta. En ellas descubrimos, sin embargo, una paradoja: ambas incorporan recursos del folletín.

[Mirtha Rigoni en Reflexiones sobre la novela en Fortunata y Jacinta y en La desheredada de Benito Pérez Galdós, [en línea]. Filología, 28 (1995). Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/contribuciones/reflexiones-novela-fortunata-jacinta-galdos.pdf]

Realismo español

La ciudad, sus vicios, los pícaros y los trabajadores honestos, el hambre y la opulencia, los medios de transporte, las tiendas y cafés, la ebullición de los estudiantes y el peso de la tradición… Benito Pérez Galdós fue un entomólogo de la vida moderna, capaz de mirar con microscopio el tejido social de una época y las hebras de distintos colores. No hay mejor fotografía ni lienzo que permita sumergirse en el Madrid de fin de siglo XIX que su literatura.

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Sin lugar a dudas, Fortunata y Jacinta, dos historias de casadas (1887) es la obra cumbre de la literatura realista española, una trama de pasiones protagonizada por dos mujeres, ambas víctimas del desamor y engaño de un hombre de alta alcurnia, un ser mediocre y mezquino llamado Juan Santa Cruz.

Galdós crea un triángulo amoroso entre estos personajes, donde, advierte el lector, no habrá desenlace feliz, porque uno de los vértices –el masculino– solo puede amarse a sí mismo. En la lucha diaria de Fortunata y Jacinta por lograr un espacio propio en la sociedad de su tiempo, se enfrentan al mismo obstáculo: la manipulación del hombre que jura adorarlas. Juan es un personaje destructivo no desde su crueldad, sino desde su egoísmo y narcisismo.

[Cómo Galdós retrató la hipocresía de la sociedad gracias a ‘Fortunata y Jacinta’, https://historia.nationalgeographic.com.es/a/como-galdos-retrato-hipocresia-sociedad-gracias-a-fortunata-y-jacinta_21397]