1) Vida
Don Luis de Góngora y Argote nació en Córdoba el 11 de julio de 1561 de una familia noble, hijo de don Francisco de Argote y doña Leonor de Góngora. Su preferencia por el apellido materno, aunque no excepcional en sí misma, parecía de acuerdo con su sentido de la eufonía y su predilección por los esdrújulos; pero probablemente refleja también su reconocimiento hacia su tío materno, don Francisco de Góngora, que se encargó de la educación del muchacho. Prebendado de la Catedral de Córdoba, cargo inferior al de canónigo, don Francisco cedió a Luis algunos beneficios eclesiásticos con rentas de que disfrutaba, asegurándole, por consiguiente, un modesto bienestar económico, y le mandó a la Universidad de Salamanca, donde pasó cuatro años (1576-80) sin sacar ningún título, ya que pasaba la mayor parte de su tiempo dedicado a la literatura y al juego.
En 1587 un nuevo obispo empezó una investigación sobre la manera en que los canónigos y prebendados desempeñaban sus tareas. Se acusó a Góngora de ausentarse frecuentemente de los servicios en la catedral y de charlar, en lugar de rezar cuando estaba presente; de ir a las corridas de toros (prohibidas a los clérigos), de frecuentar actores y de escribir poemas profanos y frívolos.
Poco después Góngora emprendió una serie de viajes de negocios por encargo del clero de la catedral. En 1602 estaba en Valladolid, donde la Corte residía temporalmente; siete años después estaba en Madrid. Estas visitas le dieron la oportunidad de introducirse en los círculos literarios más selectos y en el medio aristocrático al que sus inclinaciones sociales le atraían.
En 1607 logró lo que debía ser su ambición: se instaló en Madrid. Fue posible gracias a su nombramiento como capellán real, puesto que consiguió de Lerma […]. En 1627 volvió a Córdoba, donde murió el 23 de mayo del mismo año.
[de la introducción de Alexander A. Parker a la edición de Cátedra de la Fábula del Polifemo y Galatea]
2) El culteranismo
El culteranismo es una corriente literaria del Barroco español dentro de la más general del conceptismo, con el cual comparte la intención de intensificar la expresión, separándola del equilibrio y claridad clásica.
En las creaciones culteranas abunda el léxico colorista y suntuario, se apuran al máximo las posibilidades expresivas del verso, se incorporan numerosos cultismos (léxicos y sintácticos), la sintaxis se complica con la acumulación de oraciones subordinadas e hipérbatos, las obras se ennoblecen con frecuentes alusiones mitológicas y se rinde culto a la belleza con imágenes poéticas de gran vigor y plasticidad.
[Luis de Góngora y Argote (1561-1627) y el culteranismo: https://avempace.com/wiki/index.php/Luis_de_G%C3%B3ngora_y_Argote_(1561-1627)_y_el_culteranismo#La_escuela_culterana_o_gongorina_de_poes.C3.ADa]
3) Soledades
PDF (con la prosificación de Dámaso Alonso)
Las Soledades son el gran poema épico español en que lo narrativo se suspende para dar paso a lo descriptivo. No narra nada, describe lo que ve. No canta las hazañas de los héroes, como era término obligado en esta clase de poemas; canta la hazaña de la Naturaleza. El entusiasmo ante el mundo natural le da su tono épico al poema, su fuerza incontenible. Para escribir Las Soledades como las concibió, Góngora precisaba de una forma métrica libre, vasta y creadora como las fuerzas naturales que intentaba cantar. Descubrir estas posibilidades en la silva fue, indiscutiblemente, su gran acierto técnico.
4) Fábula de Polifemo y Galatea
La fábula de Polifemo y Galatea ha servido de argumento a numerosos poemas antiguos y modernos. La fuente principal de Góngora es la versión que Ovidio incluye en sus Metamorfosis, un poema en 15 libros en el que se narran unas 250 historias. La de Polifemo comprende los versos 13.750-13.897. Es interesante comparar la versión de Ovidio con la de Góngora para comprender a través de las diferencias el sentido que Góngora quiso dar a la suya.
Para Ovidio la historia es simple: La acción transcurre en Sicilia. Allí vive el cíclope Polifemo, un gigante monstruoso y cruel con un solo ojo, que se enamora de la ninfa Galatea, la cual a su vez está enamorada de un joven pastor llamado Acis. La historia está narrada por boca de Galatea, quien explica cómo el gigante se subió a lo alto de una roca con una especie de flauta hecha con cien cañas y empezó a cantarle ofreciéndose como su esposo entre halagos, promesas y regalos. Al no ser correspondido corrió a buscar a los dos amantes y arrojó una gran roca sobre Acis. La ninfa pidió ayuda a los dioses y éstos transformaron en agua la sangre que manaba de la roca. Acis quedó así convertido en un río.
Góngora introduce cambios esenciales que convierten en drama la ironía de Ovidio. En primer lugar relata la forma en que Acis y Galatea se enamoran (cosa que Ovidio da por hecha). Esto hace que Polifemo no conozca desde el principio este amor, y es precisamente la furia que le invade al descubrirlo lo que le lleva a lapidar a Acis. Otro cambio argumental es que Polifemo no busca deliberadamente a los amantes (pues desconoce su idilio), sino que es una fatídica casualidad lo que los delata: el gigante tira unas piedras para ahuyentar a unas cabras que estropeaban sus vides y algunas de ellas llegan al escondite de Acis y Galatea, los cuales, al creerse descubiertos, salen corriendo y se desencadena así el desenlace.
Pero los cambios principales se refieren al tratamiento de los personajes. Se conserva la gradación Polifemo - Galatea - Acis en cuanto a su importancia, pero los tres son dibujados con mayor detalle, elevándolos a un nivel más humano.
[Presentación del Polifemo por la Universidad de Valencia. https://www.uv.es/ivorra/Gongora/Polifemo/argumento.htm]