Gramática de la lengua Castellana

Elio Antonio de Nebrija, Gramática de la Lengua Castellana

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Edición facsimilar en PDF, por la Biblioteca Digital Hispánica.

1) Sobre Nebrija y sus méritos.

«Antonio Martínez de Cala y Jarava, más conocido como Elio Antonio de Nebrija, fue un humanista español. Nació en Lebrija en 1444, y murió en Alcalá de Henares en 1522. Estudió en el Real Colegio de España de Bolonia. Fue un personaje clave y destacado en la historia de la lengua española por ser el autor de la primera gramática castellana, en 1492. También autor de un diccionario latín-español ese mismo año y de otro español-latín en 1494, dentro del ámbito de las llamadas lenguas vulgares. Fue, además, historiador, pedagogo, gramático, astrónomo y poeta.


No ha habido en la historia del español un personaje más importante que Antonio de Nebrija, quien en el siglo XV, escribió la primera verdadera "gramática" del castellano e hizo de esta la primera lengua latina vernácula definida como tal. Más tarde, escribió el diccionario de español más completo hasta la fecha. Ambos fueron publicados a fines de julio de 1492».

   [Por Maya Bolaños; texto completo aquí]

Facsímil de la primera página —dedicatoria— de la Gramática Castellana. Recuperada de la Biblioteca Digital Hispánica

2) Nebrija: tradición e innovación.


Cuando Nebrija escribe sus obras gramaticales no parte de cero. Cuenta con la rica tradición grecolatina, que, en su caso, se circunscribe principalmente a tres gramáticos latinos, que parecen ser su fuente más directa: Prisciano, Diomedes y Donato, sin olvidar a Quintiliano, al que, a veces, llama «nuestro». De ellos toma la base teórica y sobre ésta elabora su doctrina. Pero no hay que pensar que acata cuanto dicen sus predecesores latinos, o que la versión grama­tical española es una mera traducción de la latina, no. Incluso en latín, tiene su propia concepción lingüística que le lleva a discrepar a veces de las fuentes, como cuando en las Introductiones lati­nae (fol. L) hace constar, en la misma glosa, su disconformidad con la definición de las personas gramaticales de Prisciano, o le lleva a sentar doctrina, cuando, a través de sus obras latinas principalmente, establece la pronunciación del latín clásico, o la articulación del acen­to, etc. En lo que se refiere al español, es, sin lugar a dudas, el primer engarce de las piezas de nuestra gramática, que andaban sueltas y fuera de regla…»

[Por Antonio Quillis en su introducción a la edición de “Editorial nacional”]

3) Contexto

En el panorama del Renacimiento los estudios gramaticales ocupan un lugar destacado. El acceso directo a los textos de los mejores autores había de partir del conocimiento de la lengua latina y, a su vez, la gramática era la única llave que podía abrir la puerta de todos los saberes, a la sazón transmitidos en latín. Temprana muestra en España de esta concepción de la lengua son las Introductiones Latinae (Salamanca, 1481) de Elio Antonio de Nebrija. Pero la singularidad de este autor no reside sólo en los renovadores métodos que aplica a la enseñanza de la lengua de Virgilio, sino en el hecho de ser artífice de la primera gramática sobre una lengua romance.

 [Texto recuperado de “Los maestros y sus cátedras”, pp.166-168]

 

Por lo que toca al mundo hispano, Hans J. Niederehe ha tratado puntualmente temas relacionados con la descripción del español como lengua materna y extranjera, y ha clasificado la Gramática de la lengua castellana de Elio Antonio de Nebrija como la primer sistematización de una lengua vulgar, no sin evadir las propuestas de otros estudiosos que han otorgado ese primerísimo lugar a León Battista Alberti o a Lorenzo de Medici. No obstante, la Regule lingue florentine o Grammatichetta, como se conoce también a este texto, atribuido indistintamente a uno u otro, y que ha sido fechado entre 1443 y 1466, está compuesto por veinticuatro páginas frente a las ciento treinta de la Gramática de la lengua castellana. Es apenas, por lo tanto, un bosquejo incompleto de una lengua romance. Sea como fuere, la Gramática castellana de Nebrija constituyó la primera descripción íntegra a nivel fonológico, morfológico y, en menor grado, sintáctico de una lengua vulgar.

 

                              [Reseña: Juan de Valdés, Diálogo de la lengua. A diplomatic edition. Ed. by K. Anipa. The Modern Humanities Research Association, Cambridge, 2014; 133 pp. (Critical Texts, 38). https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=60248434008].

4) Finalidad y estructura

La GC se divide en cinco libros. Los cuatro primeros versan sobre ortografía, prosodia y sílaba, «etimología y dicción» (para Nebrija «dicción» es sinónimo de palabra; trata, pues, de las partes de la oración), y sintaxis y orden de palabras. El libro quinto presenta «las introducciones de la lengua castellana para los que de estraña lengua querrán deprender», resumen de la gramática del español, que atiende especialmente a la conjugación. El prólogo que Nebrija antepone a la GC, dedicado a Isabel la Católica, es un compendio de sus ideas lingüísticas. El elaborar una gramática del castellano encuentra su justificación en que la lengua hasta entonces «anduvo suelta i fuera de regla» (GC, ed. Quilis, 1992, prólogo), conciencia que en Nebrija nace de la observación de la evolución lingüística[…]. El mismo Nebrija destaca la oportunidad de su GC, «por estar ia nuestra lengua tanto en la cumbre que más se puede temer el decendimiento della que esperar la subida». La reducción «a artificio» del castellano, afirma Nebrija, contribuirá a su pervivencia y estabilidad a lo largo del tiempo; asimismo, allanará el camino en el aprendizaje del latín. El tercer provecho, es puesto por Nebrija en boca del obispo de Ávila: «después que vuestra Alteza metiesse debaxo de su iugo muchos pueblos bárbaros i naciones de peregrinas lenguas, i con el vencimiento aquellos temían necessidad de recebir lasleies quel vencedor pone al vencido, i con ellas nuestra lengua, entonces, por esta mi Arte podrían venir en el conocimiento della». Palabras premonitorias que, más allá del manido tópico de la lengua como «compañera del imperio» (Asensio, 1960), encontrará su sentido en las gramáticas de las lenguas indígenas en tierras de América, que tendrán como modelo la GC (Alvar, 1992). 

[Texto recuperado de “Los maestros y sus cátedras”, pp.166-168].

Nebrija divide la gramática en dos secciones generales:

La primera división, siguiendo a Quintiliano, es: a) la parte metódica o doctrinal «por que contiene los preceptos y reglas del arte, la cual, aunque sea cogida del uso de aquellos que tienen autoridad para lo poder hacer, defiende que el mesmo uso no se pueda por ignorancia corromper» ; b) la parte histórica, que «expone y declara los poetas y otros autores por cuia semejanza avernos de hablar» Nebrija utiliza aquí un concepto de gramática normativa, enfocado en su parte histórica a la «enarratio auctorum». Queda lejos aquel tiempo en el que Cicerón consideraba los gramatici como «in­terpretes poetatum». Nebrija está más cerca de un gramático descrip­tivista y normativista que de un filólogo.

Nebrija, recogiendo la clásica división medieval, divide la parte doctrinal de la gramática en: a) ortografía, llamada así por los grie­gos, la podemos nombrar en «lengua romana ciencia de bien y derechamente escrivir» 8; b) prosodia: «nosotros podérnosla interpretar acento» ... «a esta parte se reduze esso mesmo el arte de contar, pe­sar y medir los pies de los versos y coplas» 9; c) etimología o «verdad de palabras; ésta considera la significación y accidentes de cada una de las partes de la oración» 10; d) sintaxis, llamada así por los griegos y construcción por los latinos, «nos otros podérnosla llamar orden; a esta pertenece ordenar entre sí las palabras y partes de la oración». Esta división cuatripartita de la gramática se repite hasta época moderna, encontrándose evidentemente la fuente de nuestros gramáticos en la obra de Nebrija.

                                                          [De la edición de Antonio Quilis]