Historia general de las cosas de la Nueva España

Fray Bernardino de Sahagún, Historia general

de las cosas de la Nueva España, el “Códice florentino”.

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Folios de los capítulos I a VIII del Códice florentino. Recuperados de: https://florentinecodex.getty.edu/es/book/1/folio/xivr/images/0

1) Fray Bernardino de Sahagún.

Hijo de la Provincia Franciscana de San Gabriel, antiguo alumno de la Universidad de Salamanca, distinguido por su inteligencia y su celo evangélico y con 30 años de vida, fray Bernardino de Sahagún se embarcó en Cádiz rumbo a Nueva España en 1529, adonde llegó ese mismo año.

Sahagún se sumaba así a las labores misionales que sus hermanos de orden habían emprendido hacía un lustro. Dichos trabajos tenían como finalidad última la predicación del Evangelio, pero ésta sólo podía realizarse una vez que los misioneros conocieran tan bien como les fuera posible alguna o algunas de las lenguas indígenas. Asimismo, fray Bernardino tomó conciencia de la necesidad que se imponía a los evangelizadores de conocer con profundidad la cultura, y sobre todo la religión, de los antiguos habitantes de estas regiones

[Romero Galván, José Rubén, “Historia general de las cosas de Nueva España”, Arqueología Mexicana núm. 36, pp. 14-21. http://raices.com.mx/tienda/revistas-fray-bernardino-de-sahagun-AM036]

2) Méritos de la obra

Al más concienzudo etnógrafo nada le convendría más que formular un cuestionario previo de todos los asuntos referentes a la cultura material y espiritual del pueblo que estudia-y esto mismo hizo Sahagún al redactar su "minuta", antes de emprender el pormenorizado estudio de las costumbres e instituciones de los antiguos Aztecas. Cuando se recorren con detenimiento las páginas de la "Historia General de las Cosas de Nueva España", sorprende encontrar en ella los más diversos asuntos, aunque todos conexos con el tema fundamentalmente etnográfico y lingüístico que inspiraba la obra, y desde luego se sospecha, que, antes de lanzarse a una semejante empresa, Sahagún hizo, sin duda, un minucioso análisis, una verdadera disección de cada uno de los puntos que habían de ser tocados, a fin de captar todas las facetas y los matices todos, y para que nada se perdiera ni omitiera al intentar aquella reconstrucción admirable. Su maravillosa intuición revélase no menos sorprendente cuando se entera uno del método científico por él seguido: al escoger primeramente los mejores informantes, cuidadosamente seleccionados por su ciencia y por su probidad; al lograr, después, que éstos se decidieran a comunicarle sin recelo todo lo que sabían; al admitir que los mismos proporcionaran sus datos en la forma para ellos más fácil y asequible, en la manera a que estaban acostumbrados: con sus pinturas indígenas: al utilizar al mismo tiempo, como imprescindibles auxiliares, a sus antiguos discípulos indígenas de Tlatelolco, que a más de conocer muy bien su lengua nativa eran peritos en la latina y en la castellana y, finalmente, al hacer pasar todos los informes así recogidos por varios tamices-primero el de Tepepulco, después el de Tlatelolco y al fin el de México- Sahagún seguía, sin saberlo, el más riguroso y exigente método de las ciencias antropológicas.

[De la introducción de Espasa-Cale (pp. XV-XVI)]

3) Maravilla y terror, el Códice florentino para el mundo

La historia general de las cosas de la Nueva España (hoy república federal mexicana) que en doce libros y en lengua castellana escribió con verdad y crítica el P. Fr Bernardino Sahagún, del orden de los menores franciscanos, y uno de los primeros predicadores del Evangelio en este nuevo mundo; es uno de los documentos más importantes que pudieran ver la luz después de haber estado sepultado por espacio de mas de dos siglos, en la librería de padres franciscos de Tolosa en Navarra de España.

Por su lectura se percibe cuánta fue la sabiduría de los antiguos indios mexicanos, cuánta su humanidad y dulzura, al mismo tiempo que su ferocidad en cuanto á la superstición é idolatría á que dolorosamente se vieron entregados. El hombre mas insensible no puede dejar de derramar copiosas lágrimas, y de sentir despedazársele el corazon, al ver las innumerables víctimas de todos sexos, edades y condiciones que anualmente se inmolaban en la vasta estension del imperio de Mocthecuzoma, para satisfacer la insaciable sed de sangre humana que devoraba á sus falsos númenes; al mismo tiempo que no puede dejar de bendecir el momento dichoso en que se presentó la luz evangélica, y disipó las horrorosas tinieblas de la idolatría

[De la presentación de Carlos María de Bustamante hecha al Papa Pio VIII. http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080012524_C/1080012524_T1/1080012524_MA.PDF. Al ser un escrito de primera mitad del siglo XIX la ortografía cambia. Se ha tomado la decisión de mantenerla como en la presentación original]

4) ¿Un texto medieval renacentista?

El interés del fraile consiste en presentar una propuesta filológico-lingüista que quiere probar que hay una forma de lenguaje –el mexicano– capaz de atrapar el dinamismo natural mediante vocablos que tienen virtualmente la habilidad de designar la realización propia de la clase de los seres naturales.

[…]

El Libro XI del franciscano arranca, en cambio, directamente clasificando. Ciertamente, en el Summario inicial lo hace con una estructura medieval descendente contraria a la metodología de Aristóteles: de los animales a los vegetales y de allí al reino mineral. Al igual que en la totalidad de la Historia, el Libro XI se estructura en su índice al modo del Medioevo. Recordemos que la estructura general del Códice Florentino sigue, muy probablemente, a Isidoro de Sevilla y a Bartolomé Ánglico en su categorización general, respondiendo a un ordenamiento decreciente de los seres, que va de Dios y de las cosas divinas a las humanas, y finalmente a las naturales.

[Virginia Aspe Armella, La influencia medieval de un clásico novohispano: el Códice Florentino de Bernardino de Sahagún. “ETIAM, Revista agustiniana de pensamiento. Volumen VI, número 6, año 2011]